DIRECTO AL PALADAR.
Díselo con jamones, o con queso, o con vino, o con aceite, pero díselo. Sabemos que hay hordas de intereses creados en torno a regalar perfumes y corbatas, y también en torno a adustas manualidades escolares, pero si se trata de premiar el amor paterno creemos que el camino más corto es ese que recorre las papilas gustativas, cae por el esófago y se asienta en el estómago.